Muchos de los libros que ahora se publican estarían prohibidos antes de 1977. Hagamos un poco de memoria histórica.
En 1967 se aprobaba el Estatuto de Publicaciones Infantiles y Juveniles que, a pesar de los nuevos aires de libertad, todavía mantenía la censura sobre estos libros. El contenido de los libros de literatura infantil será:
Las publicaciones infantiles y juveniles deberán adaptar su contenido al especial carácter del público lector a que en cada caso van dirigidas, cuidando especialmente a acentuar el respeto a los valores religiosos, morales, políticos y sociales que inspiran la vida española.
Pero, ¿cuáles eran estos valores?
El artículo 9 los describe en forma de prohibición:
Art. 9. Para el debido cumplimiento de lo dispuesto en el artículo anterior, en el contenido de las publicaciones Infantiles y juveniles habrá de evitarse cuando suponga o puede suponer:
- Exaltación o apología de hechos o conductas inmorales o que puedan ser constitutivos de delito o presentación de los mismos en forma tal que pueda causar perturbación en la formación del lector y sin la debida consecuencia de reprobación, o que muestre o sugiera técnicas para su comisión.
- Presentación escrita o gráfica de escenas o argumentos que supongan exaltación o justificación de comportamientos negativos, o defectos o vicios individuales o sociales, o en que se resalte el terror, la violencia, el sadismo, el erotismo, el suicidio, la eutanasia, el alcoholismo, la toxicomanía o demás taras sociales, o tratamiento de los temas en forma morbosa o sensacionalista o que de alguna manera pueda originar perturbación o desviación psicológica o educac
ional de los lectores. - Exposición, admisión o estimulo del ateísmo o tratamiento o presentación de temas que puedan suponer o sugerir error, equivoco o menosprecio acerca de cualquier religión o confesión religiosa, su culto, sus ministros o sus fieles, o presentación de escenas o argumentos que puedan implicar desviación del recto sentido religioso.
- Exaltación o alabanza de cualquier emulación o estímulo que pueda suscitar sentimientos de odio, envidia, rencor, desconfianza, insolidaridad, desea de venganza, resentimientos, falsedad, injusticia o culto desproporcionado y ambicioso de la propia personalidad.
- Atentado a los valores que inspiran la tradición, la historia y la vida española ó tergiversación de su sentido, así como a los de índole humana, patriótica, familiar y social en que se basa el orden de convivencia de los españoles.
- […].
- Presentación de asuntos que por su fondo o por su forma no pertenezcan al mundo de las menores.
- Narraciones fantásticas imbuidas de superstición científica que puedan conducir a sobreestimar el valor de la técnica frente a los valores espirituales.
- Desviación en el uso correcto del idioma o deformación estética, cultural o educacional de los lectores.
Y está legislación continua vigente hasta el 1977.
Como vemos, un repaso a los libros publicados en los últimos 10 años nos lleva a una evidencia: los éxitos de Harry Potter, Crepúsculo o los Juegos del Hambre o los Premios Nacionales otorgados a Laura Gallego o Maite Carranza hace muy pocos años estarían prohibidos.
[La foto del post la hemos obtenido de aquí.]